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DOS AÑOS CON NUESTRO PAPA FRANCISCO: Jorge Mario Bergoglio antes de ser Francisco

Jorge Mario es uno de los cinco hijos de Mario Bergoglio y Regina María Sívori, él italiano, ella argentina e hija de inmigrantes italianos. El matrimonio Bergoglio era de profundas costumbres católicas.

Don Mario era empleado ferroviario y contador mientras que Regina era ama de casa y vivían modestamente en el barrio porteño de Flores en Buenos Aires. De niño, Jorge Mario estudió en el Colegio Salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, ubicado en la localidad de Ramos Mejía.

La familia Bergoglio vivió en la zona Flores en la capital argentina. Era una familia modesta y profundamente católica.
La familia Bergoglio vivió en la zona Flores en la capital argentina. Era una familia modesta y profundamente católica.

Más tarde a sus 21 años de edad decidió ser sacerdote. Es y siempre ha sido gratamente recordado entre quienes lo conocieron en sus años como sacerdote, Obispo y Arzobispo y todos coinciden en que Jorge Mario Bergoglio prefería llevar su ministerio fuera de su despacho para acompañar a los feligreses y conocer sus preocupaciones de primera mano, adelantando campañas para favorecer a los pobres, visitando a los enfermos y a los presos y alzando su voz en contra de los abusos del gobierno que por esos días se vestía de dictadura.

Su vida sencilla llamaba especial atención pues vivía en un pequeño apartamento, donde cocinaba su propia comida, en lugar de alojarse en la residencia palaciega episcopal; renunció a su limusina y a su chofer y usaba el transporte público. Sus aficiones las repartía entre la ópera, el tango y el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, equipo de fútbol del cual aún es hincha y socio activo simple.

Sus autores preferidos son Fyodor Dostoyevsky y Jorge  Luis Borges, además de otros clásicos. Al cumplir 75 años Bergoglio presentó su renuncia como Arzobispo cumpliendo lo estipulado en el Derecho Canónico. Planeaba retirarse a la llegada de su sucesor en el Arzobispado de Buenos Aires e ir a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación.

El Papa es hincha confeso de San Lorenzo de Argentina.
El Papa es hincha confeso de San
Lorenzo de Argentina.

Veía sus días futuros entregado a la oración y a la dirección espiritual lejos del gobierno eclesiástico. Pero como dicen los planes de los hombres, no son los planes de Dios. Así, entre el júbilo mundial al conocer al primer Papa latinoamericano, el destino de este hombre tomó otro rumbo y él asumió su nueva responsabilidad sin olvidarse de recoger su maleta y pagar el hotel modesto que escogió para alojarse en su estadía durante el Cónclave y de llamar a María Elena, su única hermana viva, así como a su amigo de la caseta del periódico en Buenos Aires para avisarles que no podría volver en un buen tiempo porque había sido elegido Papa y así anticiparse a cualquier preocupación.

“Hermanos y hermanas, buenas tardes. Saben que el deber de un Cónclave es dar un Obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo, pero ya estamos aquí”. Fueron sus primeras palabras desde el balcón que da a la Plaza de San Pedro, refiriéndose a la ubicación geográfica de su natal Argentina, vistiendo la sotana papal blanca ante los ojos de miles, entre fieles y turistas, que esperaban allí con gran expectativa tras haber visto la fumata blanca una hora antes.

Fotos: 
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